Ante la cruda realidad del Amazonas
y la enorme crisis social,
la escritora y el pintor no pueden permanecer callados ante tal aberración mundial.
El extravío y descarrío existieron siempre
ya que nunca pudieron guardarlos
en una caja de metal,
porque la corrupción, desde el principio
de los tiempo, ha sido una lacra,
un delito,
un abuso
y una podredumbre
social, en la que su práctica
es un escándalo,
lo mismo que la suciedad,
hampa e inmoralidad
un perjuicio mundial.